8. Dios Salva a José y a su Familia
La escazes de alimento era muy severa no sólo en Egipto, sino también en Canaán dónde Jacob y su familia vivían.
Las promesas del pacto que Dios le dió a Abraham fueron dadas a Isaac, luego a Jacob, y luego a los doce hijos de Jacob y a sus familias. Los descendientes de los doce hijos llegaron a ser las doce tribus de Israel.
Después de probar a sus hermanos para ver si habían cambiado, José les dijo: “¡Yo soy su hermano, José! No tengan miedo. ¡Ustedes intentaron hacerme mal cuando me vendieron como esclavo, pero Dios ha usado el mal para el bien! Vengan y vivan en Egipto para que yo pueda proveer para ustedes y sus familias.”
Antes de que los hermanos de José regresaran a casa, ellos rompieron la túnica de José y la sumergieron en la sangre de una cabra. Entonces, le mostraron la túnica a su padre para que pensara que un animal salvaje había matado a José. Jacob estaba muy triste.
Los hermanos de José le odiaban porque su padre le amaba más y porque José había soñado que él iba a ser su gobernador. Cuando José llegó donde sus hermanos, ellos le secuestraron y le vendieron a unos traficantes de esclavos.
Muchos años después, cuando Jacob era un hombre viejo, envió a su hijo favorito, José, para velar a sus hermanos quienes estaban cuidando los rebaños.
Así que Jacob envió sus hijos mayores a Egipto para comprar comida. Los hermanos no reconocieron a José cuando ellos estuvieron frente a él para comprar comida. Pero José les reconoció.
Después de dos años, José todavía estaba en la cárcel, aunque era inocente. Una noche, el faraón, que es como los egipcios llamaban a sus reyes, tuvo dos sueños que le pertubaron mucho. Ninguno de sus consejeros podían decirle el significado de los sueños.
Aun cuando Jacob era un hombre viejo, él se mudó a Egipto con toda su familia, y todos vivían allá. Antes de morir Jacob, él bendijo a cada uno de sus hijos.
La esposa de su señor intentó dormir con José, pero José no quiso pecar contra Dios de esta manera. Ella se enojó y acusó a José falsamente para que fuera arrestado y enviado a la cárcel. Aún en la cárcel, José se mantenía fiel a Dios y Dios le bendecía.
Los traficantes de esclavos llevaron a José a Egipto. Egipto era un país muy grande y poderoso, localizado al lado del río Nilo. Los traficantes de esclavos vendieron a José a un oficial rico del gobierno. José servía a su amo bien, y Dios bendijo a José.
¡El faraón estaba tan impresionado con José que le nombró como el segundo hombre más poderoso de Egipto!
José dijo a la gente que almacenaran grandes cantidades de comida durante los siete años de las cosechas buenas. Luego, José vendía la comida a la gente cuando llegaron los siete años de escazes de alimento, para que tuvieran suficiente para comer.
Cuando los hermanos de José regresaron a casa y le dijeron a su padre, Jacob, que José estaba todavía vivo, él estuvo muy contento.
Dios había dado a José la habilidad de interpretar sueños, así, que el faraón trajo a José desde la cárcel. José le interpretó los sueños y le dijo: “Dios va a enviar siete años de cosechas abundantes, seguidas por siete años de mucha escazes de alimento.”
Historia de la Biblia de Génesis 37-50